Los datos muestran una brecha importante entre la cantidad de personas que se aplicaron las dos primeras dosis y quienes completaron los esquemas de refuerzo. Los infectólogos coinciden sobre la importancia de completar la vacunación.

Adiferencia de lo que sucedió al inicio del 2021, cuando se multiplicaban los festejos cada vez que alguien tenía su turno para vacunarse contra el coronavirus, la nueva etapa de la pandemia bajó la demanda de la vacunación. Esto generó que haya una importante diferencia entre el porcentaje que recibió el primer esquema de vacunas, con números bastante por encima de la media mundial, y lo que pasa con los refuerzos o “boosters”, que por este nuevo escenario tuvo una caída importante. En este sentido, los infectólogos registran una situación preocupante, que es que sólo el 12 por ciento de la población recibió ya la segunda dosis de refuerzo contra el coronavirus SARS-CoV-2. Esto se contrapone con el 52 por ciento que recibió las dos primeras vacunas, que está por encima del 32 por ciento que registra todo el mundo. “La baja en la vacunación de refuerzo a nivel general es baja debido a que las últimas dosis se dirigieron a las personas de riesgo. Las personas de riesgo y los que no están vacunados o no tienen al día los refuerzos, les conviene vacunarse porque pueden enfermarse gravemente por Covid-19”, sostuvo en una nota a Infobae Gabriela Piovano, infectóloga de Terapia Intensiva del hospital Muñiz. El objetivo de las dosis adicionales es mejorar la respuesta del sistema inmune en las personas inmunocomprometidas. La mayor parte de los países dispusieron esas dosis para los pacientes con este tipo de compromiso. Los especialistas notaron desde el comienzo de las campañas de vacunación que esos refuerzos eran necesarios para este grupo específico.
Según el Monitor Público de Vacunación, desde ese entonces, ya se aplicaron 109.522.342 vacunas al día de hoy, de las cuales 40.986.416 fueron vacunadas con una dosis, 37.826.184 con dos, 24.728.153 con tres (dos de esquema inicial y una de refuerzo o dosis adicional) y 5.936.624 con el segundo refuerzo (dos dosis y dos refuerzos). En este sentido, la Comisión Nacional de Inmunizaciones (CoNaIn), autorizó la primera inyección de refuerzo en noviembre último y luego la segunda en abril de este año a fin de seguir manteniendo al coronavirus a raya, reducir las hospitalizaciones por casos graves de Covid-19 y fundamentalmente, las muertes, que en nuestro país alcanzan las 129.897. “Los refuerzos son necesarios, porque las vacunas que hoy existen, que son monovalentes y dan una protección muy corta en el tiempo. Hemos visto como mucha gente vacunada igual se enfermaba, aunque no en forma grave. Las vacunas bivalentes, de segunda generación van a servir como refuerzo para las variantes circulantes. El por qué de la gente que no se vacuna con refuerzos, me parece que ya no hay tanto miedo como al principio y quizás hay menos campañas para hacer que la gente se vacune con las dosis de refuerzo, que es algo muy importante recordar”, explicó por su parte la jefa de Medicina Interna del Hospital Alemán, Cristina Freuler.
La mayoría de los infectólogos coinciden desde hace un tiempo que la baja percepción del riesgo reduce la velocidad de vacunación en todos los grupos poblacionales. Esta baja percepción está fundamentada en la baja circulación que actualmente tiene el SARS-CoV-2 en su variante Ómicron BA.2, BA.4 y BA.5 que se registran en el país. “Las nuevas mutaciones de Ómicron están manteniendo la pandemia y es altamente probable que, en dos años esto esté circulando en forma habitual”, aseguró Ricardo Teijeiro, infectólogo del hospital Pirovano. En ese sentido, el experto señaló que es necesario “tener en claro que, si bien estamos en pandemia y hay una gran circulación de este virus con gran contagiosidad, no tenemos una repercusión sanitaria y complicaciones”. Al tiempo que advirtió la importancia de que “la gente tenga un nivel más alto de vacunación”. Por su parte, Pablo Bonvehí, jefe de infectología del CEMIC y miembro de la CoNaIn recordó la importancia de la aplicación de terceras y cuartas dosis. “Es importante la aplicación de una tercera dosis, para la población general, como una cuarta para los inmunocomprometidos o aquellos mayores de 50 años que fueron inmunizados con vacunas con virus inactivados o atenuados; como es el caso de Sinopharm. En la Argentina, las dosis de refuerzo se aprobaron para mayores de 18 años, en noviembre, a los 6 meses. Luego, en enero, de acortó a 4 meses. Y a finales de febrero se impulsó aplicar un booster, también a los 4 meses, a los adolescentes”, afirmó el experto.

FUENTE: Mirada Profesional