Un informe enviado a la justicia por la agencia reguladora decía que el material estaba entre la composición, pero se aclaró que se trata de un “error involuntario”, y ratificaron que las dosis no tienen grafeno. En el mundo, esta “fake news” sigue circulando.

Uno de los supuestos argumentos que usan los que se oponen a las vacunas contra el coronavirus es que entre sus componentes tienen grafeno, una sustancia compuesta por carbono puro, que forma un material casi transparente que puede ser unas 200 veces más resistente que el acero actual más fuerte, siendo su densidad más o menos la misma que la de la fibra de carbono, y unas cinco veces más ligero que el aluminio. La “fake news” circuló desde el inicio de la campaña de vacunación, y durante estos casi dos años circularon muchas informaciones falsas de este tema. La cuestión llegó en estos días al país, luego que en el marco de una causa judicial la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) emitió un documento donde se afirmó que la formulación de AstraZeneca sí tenía este producto, algo que rectificó de forma inmediata. Pero el error generó otra ola de noticias y posteos en redes sociales que denunciaba la presencia del material en las dosis. “La información sobre el contenido de grafeno surge de un error en el tipeo del Informe adjunto al expediente judicial y que fuera aclarado en la declaración realizada día martes 11 de enero del corriente año, en la causa judicial correspondiente, por la responsable del área”, recalcó la agencia reguladora mediante un comunicado. De este modo, aclaró la ANMAT, “en el punto 4 del informe donde dice ‘el grafeno se encuentra dentro de los componentes de la misma’ debe decir ‘el grafeno no se encuentra dentro de los componentes de la misma’”. En el mundo, entidades sanitarias de todo tipo insisten en desmentir esta noticia, que hace que mucha gente decida no inmunizarse.

El documento de la ANMAT surgió en el marco de una causa judicial iniciada en el país por la muerte de una mujer, llamada Liliana Graciela Pozzi. A partir de esto, la Unidad Funcional de Instrucción 3 (UFI3) pidió información sobre el contenido de una vacuna de AstraZeneca, lote lote CTMAV534, del fondo COVAX. La causa está caratulada como “POZZI, Liliana Graciela sobre averiguación de causales de muerte”, y el expediente original tramita en la Unidad Funcional de Instrucción número 3 del Departamento Judicial de San Martín. El archivo cuenta con la firma digital de Gestión Documental Electrónica y fue hecho público por el abogado Miguel Iannolfi y el genetista Marcelo Martínez, que participan de la causa. Ahora, la agencia reguladora confirmó que no hay este material en las dosis, pero durante el fin de semana se multiplicaron los posteos y menciones sobre este tema, de manera inexacta. El grafeno es un material de átomos de carbono, obtenido del grafito, con unas condiciones extraordinarias de dureza y flexibilidad, además de ser conductor del calor y la electricidad. Estas cualidades proporcionan grandes posibilidades de uso en aplicaciones tecnológicas, desde las telecomunicaciones 5G hasta las pantallas y carcasas móviles flexibles, y médicas. Pero su producción industrial es compleja y extremadamente cara, lo que ha ralentizado la generalización de su uso.

En el mundo, muchos insisten en afirmar que las vacunas contra el coronavirus, como otras vacunas, contienen grafeno. Expertos afirman que aparte de lo costoso que sería llevar a cabo un plan para inyectar nanopartículas de grafeno a la población mundial, tampoco tendría ningún sentido práctico. Básicamente, una persona no puede adquirir propiedades magnéticas ni atraer objetos metálicos con la pequeña cantidad de grafeno que podría introducirse por medio de una vacuna. Serían porciones ínfimas sin ningún efecto. Por otra parte, este material no forma parte de los ingredientes de las vacunas de la Covid-19, como queda claro por las fichas técnicas de los fármacos o ha garantizado la Comisión Europea. En España, por ejemplo, el canal de Telegram de La Quinta Columna, especializado en la difusión de contenidos falsos y teorías de la conspiración, había publicado mensajes alertando de la presencia de grafeno en las mascarillas o contra investigaciones que estudian extender el uso de este material. En lo que se refiere a su asociación concreta con las vacunas, ya había publicaciones con origen en Estados Unidos en los primeros meses de la pandemia.Así, el 8 de junio de 2020 se difundió un vídeo en YouTube protagonizado por la negacionista Celeste Solum, que advertía sobre el uso de “hidrogel de grafeno” en las inminentes “vacunas obligatoria”» de la Covid-19. También en 2020, en septiembre, trascendió un vídeo en Argentina de una supuesta “profesional de la salud” que vinculaba el ARN mensajero (ARNm) al grafeno y lo asociaba a “la vacuna de Oxford”, aunque este preparado de AstraZeneca no utiliza el ARNm sino que se basa en una versión modificada del virus que es inocua. Desde mayo varios mensajes virales comenzaron a circular en Estados Unidos, Francia, Argentina o República Dominicana, entre otros países, con vídeos que supuestamente demostraban que los objetos metálicos se quedaban adheridos en los brazos de las personas vacunadas, aunque sin citar el grafeno.

Fuente: Mirada Profesional