En la pandemia, la llegada de materiales esenciales para prevenir, combatir e investigar el coronavirus empiezan a escasear. Investigadores alertan sobre el valor de varios productos, que se pagan tres veces más que en otros países. La necesidad de una baja impositiva.

Al inicio de la pandemia, la necesidad de hacerse de insumos básicos para combatir el coronavirus llevó a muchos países a pagar grandes cifras por barbijos, guantes, y otros materiales. La Argentina realizó una serie de viajes a China, desde donde trajo muchos insumos, para afrontar la crisis. Pero por estas horas, en hospitales del AMBA, por ejemplo, la llegada de estos productos comenzó a ser un problema, según denuncian los profesionales. El tema de un posible “colapso de los insumos” se suma a otras dos grandes preocupaciones de este momento: las camas UTI y los contagios entre personal de salud. En este sentido, investigadores del país denuncian que precios elevados que se pagan en estos momentos por productos usados para desarrollar su trabajo, que puede pagarse hasta tres veces lo que salen en otros países, incluyendo Estados Unidos. Esto desnuda la enorme carga impositiva que pesa en la cadena de valor del país, que ni en una situación de emergencia se modifica, en parte de la voracidad de un Estado que se volvió más omnipresente en la pandemia. La concentración de la oferta de productos, alimentada por las relaciones “carnales” con algunos sectores de la industria farmacéutica, otro de los temas expuestos por la actual situación.
Los problemas en la llegada de insumos para atender la pandemia comenzaron a notarse en hospitales bonaerenses, de la mano del aumento de los casos y la demanda de atención, que están llevando al sistema camino al colapso. Así se lo confirmaron a MIRADA PROFESIONAL fuentes del sistema sanitario, que no ocultaron su preocupación. Esto se suma a las quejas de los investigadores, que afirman que por estos momentos es difícil conseguir algunos insumos básicos para realizar su trabajo. “Es histórico en la Argentina que los precios de los insumos para investigación siempre valieron tres o cuatro veces más que el precio en Estados Unidos, expresado en dólares”, sostuvo Mariela Gironacci, investigadora del Instituto de Química y Fisicoquímica Biológicas (IQUIFIB) “Alejandro Paladini”. La diferencia de precios, afirman, se basan en el costo del traslado, el hielo seco y demás normas de bioseguridad que requieren esos insumos y los impuestos. En este último punto, queda expuesta la necesidad de bajar la presión tributaria, que en el sector farmacéutico es un problema de larga data.
“La compra de los insumos en el exterior tiene dos problemas adicionales. Por un lado, que te cobran el impuesto país, entonces, aunque uno recupere el importe de lo que compró el impuesto lo absorbe el investigador; por el otro, ahora muchas compañías si no envían la mercadería a un instituto no te venden”, cuenta por su parte Celeste Villa Abrille del Centro de Investigaciones Cardiovasculares (CIC) “Dr. Eugenio Cingolani” de La Plata. En cuanto a la oferta, el mercado argentino está dominado por grandes firmas, que aprovechan esta pandemia para mantener carterizada la oferta de productos médicos, otro problema que el Ministerio de Salud no intentó desarmar. En una situación de emergencia como la actual, la necesidad de garantizar la atención no sólo depende de los lugares, o los profesionales. Sostener la llegada de insumos es claves, y desarmar cualquier intento de hacer negocios con esto una necesidad que hasta el momento las autoridades no iniciaron.
FUENTE: Mirada Profesional